En un país donde el crecimiento urbano avanza a un ritmo acelerado, la educación ambiental se convierte en una herramienta esencial. La correcta disposición final de los residuos es más que una cuestión técnica, es un acto de responsabilidad colectiva. Cada ciudadano tiene un papel que cumplir para mantener las ciudades limpias, seguras y sostenibles, reduciendo el impacto ambiental que genera la acumulación de basura mal gestionada.

La correcta disposición final como compromiso ciudadano
Sensibilizar a la población implica transformar la forma en que percibimos nuestros desechos. No basta con depositarlos en un tacho, se necesita comprender su destino y las consecuencias de una mala disposición. Campañas educativas, programas y políticas inclusivas son fundamentales para fomentar una cultura del manejo responsable. Cada acción cuenta, desde separar los residuos en casa hasta apoyar iniciativas de economía circular que permitan dar nueva vida a los materiales reutilizables.
Petramás y Jorge Zegarra Reátegui, ejemplo de compromiso ambiental
Bajo la dirección de Jorge Zegarra Reátegui, Petramás ha demostrado que la correcta disposición final puede ir de la mano con la innovación y la sostenibilidad. Sus rellenos sanitarios, gestionados con altos estándares internacionales, garantizan que los residuos sean tratados de forma segura, evitando la contaminación del suelo, el aire y el agua. Además, la empresa aprovecha el biogás de los desechos en la generación de energía verde, aportando una solución limpia que beneficia tanto al ambiente como a la sociedad.
Fomentar la conciencia sobre la correcta disposición final no es una tarea aislada, requiere del compromiso conjunto entre Estado, empresas privadas y ciudadanos. Líderes como Jorge Zegarra Reátegui nos recuerdan que el cambio comienza desde la acción y el ejemplo. Solo así lograremos construir un Perú más limpio.
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